*El paco o pasta base de cocaína es un residuo de la producción de los laboratorios que elaboran esa droga.
*Es de bajo costo y altamente adictiva porque sus efectos son intensos pero muy breves.
La pasta base de cocaína o paco, no es una droga. Es peor que eso: es el desecho de una droga. Surge como residuo de las cocinas o laboratorios en los que se elabora la cocaína, emerge como un resultado de una industria que busca la forma de introducir en el mercado hasta a sus desechos.
Aunque se encuentra más expandido en sectores marginales por su bajo costo —una dosis puede conseguirse por $1— el paco también es consumido por la clase media. Así lo comprobó un estudio de la Asociación Civil Intercambios, que trabaja en el área de reducción de daños entre usuarios de drogas. El informe también arribó a la conclusión de que los efectos del consumo son más graves entre los más pobres porque se trata de un sector que se encuentra con restricciones para acceder a los servicios de salud y que no cuentan con una alimentación adecuada.
El paco tampoco es un fenómeno exclusivo de la Argentina. Toda América del Sur es su ámbito de influencia. Allí donde llega la cocaína, se encuentra la pasta base. “La hipótesis más fuerte es que no hay pasta base sin transformación en la industria de la cocaína. No es que los usuarios encontraron una sustancia nueva; no es que un despiadado hizo aparecer la pasta base para matar jóvenes pobres. Cambia la macroeconomía de la cocaína, se produce más en la Argentina y por lo tanto circula más el desecho de la producción. El clorhidrato se envía a los que pueden pagarla en Palermo o Barrio Norte y en grandes cantidades para la exportación. El desecho se vende acá. Se re-territorializa la narcoeconomía y se re-territorializa el consumo”, explicaba Victoria Rangugni, una de las autoras del trabajo de Intercambios.
En la práctica, el paco se fuma en pipas. Es muy adictivo porque sus efectos son muy intensos, pero también muy breves. Al fumarse, sus resultados aparecen en un lapso de apenas entre 8 y 40 segundos, y se extiende por sólo unos minutos. Allí el consumidor pasa de la euforia, inicial, de la sensación de placer, del éxtasis, a una angustia y una depresión profundas que lo llevan a querer consumir nuevamente.
El consumo prolongado de pasta base puede causar psicosis o pérdida del contacto con la realidad y alucinaciones. Otros efectos físicos son la pérdida de peso, taquicardia, verborrea, insomnio, dolor de cabeza y falta de coordinación. Pero todos sus efectos pueden tratarse con abstinencia y un tratamiento adecuado.

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